Primeras vacaciones con la nueva compañera diabetes

Empieza la rutina de nuevo. Después de dos semanas de vacaciones, toca volver a empezar.

Estoy contenta este año con las vacaciones. Hemos viajado mucho, disfrutado y los controles de glucemia no han ido mal.

Este año teníamos en mente ir por Salamanca y Asturias, donde tengo familia, y también por Cantabria, ya que nunca habíamos estado y siempre he tenido ganas de ir.

Un recorrido que hemos hecho en coche, un total de ¡¡2204.7 km!!

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A mi pareja no le gusta demasiado conducir, y a mí la verdad es que siempre me ha gustado. Así que la idea era que yo llevara el coche y en caso de que me cansara, él tomaría las riendas.

Al principio, me daba un poco de cosa coger el coche tantos kilómetros teniendo que estar pendientes de la diabetes, pero la verdad es que no ha sido ningún problema.

Hemos tenido siempre mucho cuidado en mirar el nivel de azúcar antes de coger el coche y él me iba vigilando durante el camino para evitar sustos gracias a los medidores continuos de glucosa. Y, por supuesto, siempre con una buena reserva de glucoups en la guantera en caso de necesidad.

Total, que al final he hecho yo todos los kilómetros, porque me encontraba bien y no ha sido ningún problema. Llevo el coche todos los días para trabajar, por lo que no era nuevo coger el coche con diabetes, pero me siento bien de poder haber hecho ese recorrido sin que la diabetes haya sido un problema.

Y tantas horas en la carretera nos ha permitido ver al rey de los unos también allí, aunque de otra manera:

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El comer fuera ha sido un poco más «complicado» que estando en casa, pero tampoco ha sido mucho lío. Los conteos de las raciones han sido totalmente a ojo y ayudándome  gracias a la app «Foodmeter» que me ha sido muy útil para algunas comidas que no tenía echadas el ojo.

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Por supuesto, ha habido días que no hemos acertado demasiado bien en las raciones, pero la verdad es que me han dado bastante más problemas las grasas que los carbohidratos. Los carbohidratos más o menos los tengo controlados, pero las grasas me resultan mucho más difíciles. No suelo acertar con la cantidad de grasa que llevará una comida ni calcular bien cómo administrarme la dosis de insulina con la pluma. La mayoría de mis subidas de este viaje han sido debido a ellas, pero bueno, tampoco ha sido un desastre. Como sabía que es lo que iba a pasar estaba rápida para corregirme y evitar mantener cifras altas mucho tiempo.

Por otro lado, me he asombrado de lo efectivo que resulta el ejercicio. Los días que hacíamos excursiones por la montaña he llegado a comerme bocadillos de 8 raciones de carbohidratos sin pincharme nada de insulina. ¡Increíble! Yo alucinaba. Me ha encantado esa sensación de poder comerme un buen bocata tan a gusto y sin tener que pensar en contar raciones ni calcular dosis de insulina, esos días eran un ligero descanso de diabetes. Si no fuera por lo cansada que acababa lo haría todos los días (y porque no tengo tiempo de hacer eso siempre).

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Un día sin insulina rápida.

Y ahora tras unos días de descanso, toca empezar de nuevo con las pilas cargadas. Os dejo unas fotos de mis vacaciones:

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