Glucagón

Hoy os quería hablar de otra hormona importante para nosotros: el glucagón.

Un poco sobre el hígado

Antes de hablaros del glucagón os comentaré un poco sobre el hígado. El hígado es un órgano que, a parte de muchas otras funciones, tiene la capacidad de almacenar glucosa. En un adulto puede llegar a almacenar hasta 100 gramos de glucosa (10 raciones). Esta glucosa se guarda para posibles situaciones donde estemos bajos de azúcar: si hacemos ejercicio, si tardamos mucho tiempo en comer… El hígado guarda esa reserva para casos de emergencia.

Además, también es capaz de producir glucosa nueva a partir de las grasas y las proteínas mediante un proceso llamado gluconeogénesis. Se puede llegar a producir hasta 6 gramos de glucosa entre comidas que serán utilizadas en su mayoría por el cerebro que puede incorporarla sin necesidad de insulina.

¿Y qué es el glucagón?

Ahora sí, vamos a hablar de esta molécula con ese nombre tan gracioso.

El glucagón es una hormona que segrega el páncreas cuando los niveles de glucosa e insulina en sangre son bajos. El glucagón viaja hasta el hígado y le pide que libere algo de glucosa de su almacén. Digamos que hace el efecto contrario que la insulina, la insulina nos bajaría los niveles de glucosa en sangre, mientras que el glucagón nos los aumentaría. Estas dos hormonas, la insulina y el glucagón, son las encargadas de regular los niveles de glucosa en sangre.

¿Cómo funciona el páncreas?

En una persona sin diabetes, su páncreas funciona perfectamente, y cuando el detector de glucosa que tiene el páncreas detecta niveles altos de glucosa en sangre, libera insulina. En estos momentos los niveles de glucosa e insulina en el páncreas serán elevados (sobre todo de insulina ya que se segrega ahí) y el glucagón no se liberará. Sin embargo, si estamos pasando por un momento de ayuno los niveles de glucosa e insulina serán bajos, por lo que en este momento el páncreas liberara algo de glucagón que irá al hígado a pedirle glucosa prestada para mantener los niveles de glucosa en sangre adecuados.

Esto hace que la glucosa se mantenga bastante estable a lo largo del día en una persona sin diabetes. La mayor parte del tiempo entre 70 y 140 mg/dL.

¿Y qué pasa si tenemos diabetes?

Las personas que padecemos diabetes tipo 1, perdemos la capacidad de producir insulina. La capacidad de producir glucagón sigue existiendo, al menos en el sentido de que las células que lo producen no se destruyen, pero si que se ve alterada su producción.

El glucagón se libera cuando la insulina y la glucosa que pasa por el páncreas es elevada, y no se produce cuando ambas son reducidas. Sin embargo, en una persona con diabetes los niveles de insulina que hay en el páncreas siempre van a ser bajos, puesto que ahora nosotros nos inyectamos la insulina de manera subcutánea. Tendremos insulina en el cuerpo sí, pero cuando pase por el páncreas su nivel no será elevado como antes.

Todo esto hace que al final el páncreas se vuelva un poco loco en cuanto a la producción de glucagón, le llega información contradictoria. Tendrá un nivel «constante» de insulina y lo único que cambiará serán los niveles de glucosa. Con el tiempo, hay estudios que dicen que unos 5 años, la capacidad de producir glucagón suficiente en respuesta a hipoglucemias usualmente se pierde.

¿Cómo nos afecta todo esto a las personas con diabetes tipo 1?

Pues ahora perdemos la capacidad de autorregularnos, o al menos de manera eficaz. Por lo que si en algún momento tenemos una bajada de azúcar (porque tengamos más insulina de la cuenta), vamos a ser nosotros los que tengamos que comer, no nos podemos fiar de que el hígado nos ceda lo que necesitamos.

Hay ocasiones en las que pueden ocurrir hipoglucemias severas, hipoglucemias en las que perdamos el conocimiento. En esos momentos comer resulta imposible, por lo que una buena solución es inyectar glucagón. Este glucagón va a viajar al hígado y le va a decir que nos suelte en sangre todas sus reservas, así que en unos minutos podemos tener unos cuantos gramos de glucosa lista para remontar la hipoglucemia de manera rápida.

Venta de glucagón

Por este motivo, una de las cosas que nos explican tras debutar en diabetes es el glucagón. Hoy en día el glucagón se vende en las farmacias como la insulina. Es importante que tengamos al menos uno en casa para posibles emergencias, porque nos puede ayudar a remontar una hipoglucemia grave.

El glucagón se vende en un estuche donde viene un vial con el glucagón propiamente y una jeringuilla con una solución acuosa. En el vial podremos encontrar un polvo que será el glucagón. Se guarda en estado sólido para que dure más tiempo en perfecto estado, porque en solución acuosa duraría poco. Por lo tanto, en caso de emergencia tendremos que introducir el líquido en el vial, disolverlo todo bien, volver a sacar el líquido (ahora ya con el glucagón disuelto) e inyectarlo.

Consideraciones sobre el glucagón

Hay que tener en cuenta que el glucagón no nos lo podemos administrar nosotros, puesto que este se debe usar en caso de hipoglucemias graves (que pueden incluir pérdida de consciencia), por lo tanto tendremos que explicar bien como usarlo a las personas con las que estemos.

Yo al principio me llevaba el glucagón a todos lados, pero en realidad no creo que sea necesario. Tener una hipoglucemia grave no es tan común, por lo tanto con tener una caja en casa, quizás otra en el trabajo (si se puede), cuando se va a realizar alguna actividad que puede requerirnos mucho ejercicio o si salimos de viaje, sería suficiente.

Hay que fijarse bien en la fecha de caducidad del glucagón y no usarlo si ya está caducado.

El glucagón se puede almacenar en la nevera hasta su fecha de caducidad o también se puede guardar por debajo de 25 grados durante un máximo de 18 meses (siempre y cuando no esté caducado).

También hay que tener en cuenta que el glucagón no hará efecto si se ha bebido alcohol (ya que el hígado estará ocupado degradando el alcohol) y tampoco hará efecto si no tenemos reservas de glucosa en el hígado (esto podría pasar después de realizar ejercicio, si durante el ejercicio se hubiera liberado glucagón para liberar glucosa y luego no se hubiera repuesto esa glucosa, por mucho glucagón que se inyecte después, si no quedan reservas de glucosa no va a hacer ningún efecto).

Inyección del glucagón

Vuestro educador o educadora en diabetes os explicarán cómo administrar el glucagón y cuánta cantidad poner en caso de emergencia.

Una vez administrado el glucagón, la glucosa en sangre empezará a aumentar a los 10 minutos aproximadamente y se mantendrá el efecto durante al menos 30 a 60 minutos. Después de la inyección del glucagón, no se deberá comer nada durante al menos 30 minutos para evitar producirse nauseas y vómitos. Aun así, pueden ocurrir estos síntomas como efectos secundarios.

A los 10/15 minutos de la administración del glucagón, la persona inconsciente debería recobrar la consciencia.

La administración de un segundo glucagón no suele ser recomendable (¡ojo! No digo que no haya que hacerlo, ante todo preguntar a vuestro endocrino/educador), puesto que si el primero «no funciona» puede ser porque se haya consumido alcohol o porque no queden reservas de glucosa en el hígado, y administrar una segunda dosis aumentará el riesgo de provocar nauseas. Eso sí, si se piensa que el glucagón podría estar en mal estado y que por eso no ha hecho efecto, no estaría de más administrar un segundo glucagón.

Si una persona tiene una hipoglucemia grave y se queda inconsciente, después de la administración del glucagón, hay que llamar a la ambulancia.

Si el glucagón no hiciera efecto, antes de que llegara la ambulancia se puede intentar que se absorba glucosa a través de las mucosas, por ejemplo, poniendo miel en las encías, pero teniendo mucho cuidado de que no se atragante.

Nuevos avances del glucagón

Como administrar el glucagón puede ser un proceso un poco complicado, sobre todo en momentos de estrés, están investigando otras maneras de administrar glucagón.

  • Vía nasa. La farmacéutica Lilly adquirió en el 2015 un tratamiento en fase III para la administración de glucagón por vía intranasal desarrollado por Locemia Solutions.
  • Glucagón líquido. Se está trabajando para desarrollar glucagón líquido que sea estable y que además se pueda administrar a través de la bomba de insulina, creando así algo muy parecido a lo que sería un páncreas. Hay varias farmacéuticas que están trabajando en estos desarrollos.

Video

Os dejo aquí un vídeo sobre cómo mezclar el glucagón para inyectarlo.

Ante todo, preguntadle a vuestro educador/endocrino cómo hay que hacerlo, pero pautas generales:

  • Quitar el tapón al vial del glucagón.
  • Quitar la tapa de la jeringuilla.
  • Introducir la aguja de la jeringuilla en el vial y echar la solución acuosa (ojo porque en niños y adultos puede que no haya que echar la misma cantidad, preguntad).
  • Agitar bien el vial.
  • Extraer con la jeringuilla la disolución ya mezclada con el glucagón.
  • Pinchar en la pierna. No es necesario pellizcar la piel.

 

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