Hace unos días contactó conmigo una empresa que produce gominolas sin azúcar. Acaban de aterrizar en España y querían mandarme muestras de sus productos para que los probara. Así que después de esta dura tarea de comer gominolas, os dejo mi opinión sobre ellas. La verdad es que me gustó bastante el producto.
Página Web: enlace
* NOTA: tanto las gominolas como el envío ha sido totalmente gratuito. No he recibido nada por escribir esta entrada y os cuento mi opinión sincera, a parte de irme un poco por las ramas.
Mi relación con las chucherías
Siempre he sido una persona muy golosa. Tuve suerte de no tener que convivir con la diabetes durante mi infancia por lo que nunca supe cuánta cantidad de azúcar corría por mis venas. Siempre he pensado que mis padres cuidaron muy bien mi alimentación (y lo sigo pensando), pero ahora echando la vista atrás me doy cuenta que lo que me parecía que no era mucho, en realidad veo que es un montón.
Recuerdo que para los fines de semana mis padres me daban 50 pesetas (hace tiempo que no me venían a la mente las pesetas!!) y yo con eso iba a la tienda de chucherías y me cogía unas cuantas gominolas. Algunas valían 5 pesetas, otras más grandes valían 10 pesetas, así que como mucho tenía en mi poder 10 gominolas. Tengo en mis recuerdos la sensación de que antes eran más grandes las chucherías que ahora, pero como nunca las pesé no se si es sensación (porque al fin y al cabo yo era más pequeña) o realidad. Asumiendo que cada una pesaba 5 gramos, me estaba metiendo al cuerpo 50 gramos de azúcar (5 raciones!!) así, sin darme cuenta. Lo que antes me parecía muy poco, ahora me parece una locura. La insulina que necesito para eso me cubre comida y cena generalmente.
Desde que la diabetes entró en mi vida me doy cuenta que no tenemos ni idea de lo que nos metemos al cuerpo. Una locura. Pensamos que comemos sano, y puede que todo lo contrario.
Ahora con la diabetes, las chucherías a penas las he olido, alguna vez he comprado para comer una o dos para remontar alguna hipo, pero en general he considerado que no merecen nada la pena, pero claro, ya no soy una niña, si me las hubieran quitado de pequeña puede que no me hubiera hecho ninguna gracia.
Así que volver a comer una cuantas gominolas ahora me lo tomé como una vuelta a mi infancia jugando con los vecinos en la calle y con los amigos por todo el pueblo.
Polialcoholes
Por supuesto, estas gominolas no llevan glucosa sino los famosos polialcoholes. A mi en general el tema polialcohol no me hace mucha gracias. Lo que como de habitual es comida normal y calculo cuánta insulina necesito. Estas navidades me dio por probar un turrón sin azúcar y fue un desastre. A parte de estar malísimo, no sabía muy bien cómo gestionar los polialcoholes (no estaba segura de cuánto contabilizar ni de cuándo me empezarían a hacer efecto). Total, que lo que me provoqué fue una hipo porque tardé en digerirlos seguida de una hiper horas después cuando se ve que los estaba asimilando. Resultado: el turrón sigue en el armario que debe estar más seco que un pan de tres días.
Para estas gominolas quise ir con la mente abierta y probar.
El valor nutricional de los productos está bien descrito tanto en la parte posterior de los paquetes de gominolas como en la página web.
El 73% son hidratos de carbono de los cuales todo son polialcoholes. En la descripción de los componentes vemos que usan maltilotes que me imagino que eso hace referencia al Maltitol. No me voy a meter mucho sobre este compuesto, pero os dejo un enlace al blog de Don Sacarino donde hace un análisis de distintos polialcoholes y, si os interesa el tema, os recomiendo que lo leáis ya que está muy bien documentado (enlace).
En general, si no conozco el polialcohol específico que llevan, suelo tener en cuenta que la mitad se acabará absorbiendo, aunque lo dicho, no soy muy experta en estos compuestos porque no suelo comer productos que los lleven.
Y como por un lado está la teoría y por otro la práctica (y ya sabemos que cada uno es distinto), hice una prueba a ver cuánto me subía el azúcar.
Pesé unos 20 gramos de gominolas. Si fueran con azúcar, contabilizaría el total como glucosa, es decir, 2 raciones. A mi 20 gramos de glucosa me suben 120 mg/dL.
Cuando empecé a comer las gominolas (a las 18.00) venía de una pequeña hipo que vino de haber calculado mal la comida, pero que sabía que con un poco de azúcar remontaría sin problemas y luego debería estar estable. Después de tener unos cuantos datos iguales, asumí que ya estaba estable y comí las gominolas (sin ponerme insulina). No esperé más porque quería dejar tiempo sin hacer nada para observar su efecto. En la gráfica de abajo os muestro mi glucosa.
A las 18.00 me hice capilar y marcaba 97 mg/dL. Comí las gominolas y sencillamente me senté en el sofá a ver la tele. En torno a las 19.30 yo creo que llegué a mi valor máximo (hice capilar y estaba en 141 mg/dL).
En la gráfica se ven algunos datos que suben y bajan, a mi sensor se le iba la pinza de vez en cuando, pero en general iba bien y como con capilar iba coincidiendo yo creo que sirve para hacerse una idea.
A las 20.00 salí a dar un paseo con el perro y de ahí la bajada, pero ya no vi más efecto de las gominolas. Así que no está nada mal. De ser gominolas normales me habrían dejado en unos 220 mg/dL en una media hora. Estas gominolas en hora y media solo me dejaron en unos 140 mg/dL. Repito que este es mi caso, no todos funcionamos igual.
Sabor
Tienen gominolas de distintos sabores (fresa, naranja, limón…). Los tres paquetitos que me mandaron eran un mix de sabores. La verdad es que el sabor está bastante logrado. Yo no encontré ninguna diferencia a las gominolas con azúcar de este tipo. Mi chico que también las probó dice que estaban buenas, pero algunas las notó como un poco arenosas. Una amiga me comentó que a veces estos productos no se disuelven tan bien y quedan pequeñas partículas sin disolver y que eso puede dar esa sensación de «arenosa». No obstante, no lo notó con todas, y en general nos gustaron a los dos.
Productos
Tienen distintas gominolas todas con una composición parecida. Vienen en bolsitas de 80 gramos con gominolas de distinto sabor y apariencia distinta (pececitos, gusanitos, ositos…).
Juego para los muchachos
En todas las bolsas viene una pegatina pegada a la pared que se puede leer con una app (Monstruflipa). En la bolsa tienes el nombre de la aplicación.
Es una aplicación sencilla de usar, tienes que colocar la pegatina en una superficie plana y es una aplicación de realidad aumentada que mostrará alguna animación del monstruito que haya tocado. Hay unos cuantos disponibles y cada uno hace cosas distintas. Un juego sencillo, pero que puede ser divertido para los más pequeños.
Mininolas
Detrás de estas gominolas, hay una empresa gallega que previamente ha estado trabajando en Chile donde desarrollaron estos productos. Ahora, de vuelta a España, están farbicando y comercializándolos en nuestro país. En su página web te cuentan un poco cómo surgió la empresa.
Web
Os dejo aquí el enlace de su página web para que podáis echarle un vistazo vosotros mismos: enlace. Me han comentado que todavía no la tienen terminada y siguen trabajando en ella.
Dónde comprar
Mininolas trabaja con distribuidores regionales y también se pueden comprar sus productos por internet, os dejo aquí la información:
Outlet Salud: enlace
Mercanutri: enlace
Conclusión
La verdad es que el producto me gustó bastante con un sabor muy logrado y similar a las gominolas con azúcar. Como todo, creo que no es producto con el que haya que abusar, pero para niños que quieran celebrar un cumpleaños o, de vez en cuando, puede ser una idea muy buena para reducir la carga glucémica. Puede que no sea necesario ni ponerse insulina para comerse una porción, pero ojo, que no todos somos iguales y no están libres de glucosa del todo, es probable que una parte se acabe absorbiendo y sí que afecte algo a los niveles de azúcar, así que para aquellas personas que tengan diabetes y lo quieran probar la primera vez, evaluad cómo os afecta teniendo en cuenta que no os subirá tan rápido como si fuera glucosa. Para personas que no tienen diabetes, también puede ser un producto interesante para no meter tanto azúcar en el cuerpo.