Medidores continuos de glucosa, ¿cuándo es necesario hacer capilares?

Esta claro que los medidores continuos de glucosa son una herramienta muy útil para poder estudiar cómo se comporta nuestra glucemia a lo largo del día. Hay distintos modelos de medidores: algunos con monitorización continua otros con monitorización Flash, algunos necesitan calibraciones, unos son más precisos que otros, etc. Esta claro que son una gran ayuda y nos evitan muchos pinchazos capilares, ¿pero cuándo debemos comprobar nuestro nivel de glucosa en sangre?

Bueno, supuestamente, para poder tomar decisiones solo nos podríamos fiar de aquellos con una muy buena precisión, pero yo la verdad es que no me baso en eso a la hora de elegir hacer capilares o no. Esta claro que cada uno tiene que buscar lo que mejor le funcione y con lo que se sienta más cómodo, pero creo que más importante es entenderse y entender el sistema que usa y con eso tomar decisiones, así que os voy a decir cómo lo hago yo por si a alguien le sirve. No obstante, ante cualquier duda siempre consultar con vuestro equipo médico.

  • Calibraciones

Hay diversos sistemas de medición continua de glucosa que además pueden usar distintas aplicaciones para recoger los datos de glucosa. En cuanto al tema calibraciones podríamos dividir las aplicaciones de dos maneras: aquellas que piden calibraciones cada cierto tiempo establecido y las que no piden calibraciones, pero se puede calibrar cuando el usuario quiera.

Antes de nada entendemos calibrar como realizar una medida con nuestro glucómetro habitual e introducir ese valor en la aplicación del sensor y «decirle» que ese valor que está leyendo corresponde a lo que nosotros indicamos, y así el sistema hace sus ajustes.

Vamos a hablar de los dos tipos de aplicaciones.

Las aplicaciones que exigen calibraciones

En estas aplicaciones hay que intentar que el momento de calibrar sea en estabilidad glucémica. Hay veces que compaginar esto no es tan sencillo, sobre todo porque hay sistemas que si no introduces el dato dejan de enviar la información o te están dando aviso de calibración cada poco tiempo. Lo que yo he hecho a veces que me ha exigido calibración en un mal momento, ha sido introducir el mismo valor que marcaba el sistema cuando me da el aviso de calibración y cuando horas más tarde he estado estable, he comprobado el valor en sangre. Si no se iba mucho lo he dejado, y si se iba mucho he introducido el valor y he «calibrado bien». A mi la verdad es que esto me ha funcionado bastante bien.

Aplicaciones que no piden calibraciones

Hay aplicaciones que no piden calibraciones, (o te exigen solo una al iniciar el sensor), pero se pueden realizar. Con estas aplicaciones lo que hago es elegir un momento del día que estoy estable y hacerme una medición capilar, si coincide con el sensor no introduzco ningún valor, y si por el contrario se va bastante procedo a introducir el valor y estar atenta por si tengo que hacer más correcciones.

  • Conocer el sensor

Hay sensores del mismo modelo que no van igual de bien. Hay sistemas que sus sensores son más parecidos, pero otros tienen más variabilidad.

Cuando me pongo un sensor nuevo, los primeros días hago varias comprobaciones: cuando estoy estable, cuando estoy alta y cuando estoy baja para ver la precisión y también el tiempo de respuesta. No se nos puede olvidar que estos sistemas miden la glucosa en el líquido intersticial y no en sangre, por lo que puede haber un retraso en las medidas. También hay que tener en cuenta que cuánto más alto se está, más diferencia puede haber.

Es importante saber que el sensor que llevamos puesto va bien y que no es necesario cambiarlo por otro.

  • Antes de las comidas

Se que lo recomendable es hacerse una medición capilar antes de comer para verificar nuestro nivel de glucosa y decidir cuánta insulina nos ponemos para esa comida. Yo, la verdad, es que pocas veces me compruebo antes de las comidas, os cuento.

Es un día normal a la hora de la comida, no ha habido ninguna situación especial que me haya hecho estar más nerviosa o que haya estado más activa, miro mi sensor y me indica que estoy estable en 90 mg/dL. Ese día voy a comer 4 raciones. Tengo calculada cuánta insulina por ración necesito de tal manera que cuando el efecto de la insulina desaparezca me quede en un valor muy similar al valor que empecé. Si he ido viendo que el sensor no ha hecho cosas raras, pues me fío de que mi valor es 90 y me pongo insulina sin comprobarme, ¿por qué hago esto? Porque en realidad me da igual estar en 90, que en 80 que en 110, yo me voy a poner insulina para quedarme en el mismo rango después de comer, si me encuentro bien, me cuadra el valor del sensor, no me importa que no sea 90 exactamente.

Otra cosa sería si el dato que marca el sensor no me cuadra por algo o que haya visto que hace cosas raras. Si esa mañana he tenido alguna reunión importante que me haya alterado y me parece raro no estar más alta me comprobaré por si tengo que corregir, pero si todo es normal, sí que me fío y me evito ese pinchazo.

  • Correcciones (hiperglucemia)

Este punto sí que lo considero muy importante. Cuando estamos en hiperglucemia y vamos a corregirnos con insulina para volver a valores normales, es muy importante comprobar en sangre que efectivamente estamos altos y ponerlos la insulina correcta. Además, cuando estamos altos es más probable que las medidas sean más incorrectas de lo que tenemos en realidad, el error es mayor, aunque esto también puede afectar al glucómetro.

Aun así, yo a veces no he comprobado para corregirme, pero en situaciones concretas y teniendo ciertas precauciones, os pongo algún ejemplo.

Imaginemos que estoy en una reunión de trabajo muy importante o en un examen y los nervios empiezan a subirme los niveles de azúcar. Estoy por un 250 mg/dL que decido corregir porque ya es mucho. No quiero tener que salir de la sala a hacerme una medida capilar ni quiero hacerlo en el sitio (ojo, que si alguien considera que es necesario hacer se hace y punto, la salud lo primero), entonces decido creer lo que me marca el sensor porque es una situación que coincide con que esté alta. En este caso hago dos cosas, asumo que tengo lo que marca el sensor y en caso de que sea menos tengo azúcar suficiente para tomar en caso de pasarme, o soy conservadora porque no quiero estar pendiente de si tengo luego una bajada. En el primer caso me pondría la insulina necesaria para corregirme ese 250, y en el segundo asumiría que tengo 200 y me corregiría esa cifra. También depende un poco la situación, si sigo expuesta a esa circunstancia que me hace estar alta, es probable que ese valor siga subiendo, por lo que me pondré algo más de insulina para intentar no estar muy muy alta.

Al final son un montón de situaciones y cada uno tenemos que aprender a conocernos y saber cómo reaccionamos y sobre todo estar confiados de lo que estamos haciendo. Si ponernos insulina sin estar seguros del valor nos asusta pensando en que nos pueda dar una hipoglucmia es preferible comprobarse, por supuesto. Tenemos que encontrar la forma de estar lo mejor posible siempre y cuando nos sintamos a gusto con nuestras decisiones.

  • Hipoglucemia

Cuando tenemos valores bajos de azúcar o tenemos tendencia hacia abajo, tenemos dos alternativas: comer azúcar o bajar insulina (en el caso de llevar bomba de insulina). A veces, serán necesarias las dos cosas, otras, solo una.

Si estamos en una hipoglucemia con síntomas, lo primero es recuperarse y antes de nada comer, pero si vemos que el sensor nos muestras que nuestra glucemia va bajando, pero no tenemos síntomas y tampoco nos cuadra mucho (no hemos hecho ejercicio, cambios de rutina…) antes de bajar insulina o comer, yo hago comprobación capilar, no vaya a ser que no tenga tenga razón el sensor y me vaya a provocar una hiperglucemia.

Si he hecho ejercicio, y me cuadra estar bajando, sí que me fío del sensor e intento evitar llegar a la hipogluemia comiendo algo (sin pasarme) y reduciendo basal de la bomba durante un rato. Si al rato sigo igual, sí que empiezo a hacer comprobaciones capilares.

 

La diabetes nos va a exigir tomar un montón de decisiones al día, lo importante es conocer cómo reacciona nuestro cuerpo en las distintas situaciones y gestionarlo todo de la manera que más seguros nos haga sentir, y si llevando medidores continuos de glucosa nos hace evitarnos pinchazos, fenomenal, pero siempre y cuando usemos la información que nos proporcionan con cabeza y analizando los datos.

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