Bombas de insulina

Actualmente, existen dos formas de administrar la insulina:

  • Utilizando plumas de insulina
  • Utilizando una bomba de insulina

El tratamiento con plumas de insulina puede variar de unas personas a otras puesto que existen diversos tipos de insulina, pero suele ser una combinación de dos insulinas: una insulina de acción lenta (basal), que cubriría las necesidades de insulina entre comidas, y una insulina de acción rápida (bolo) que cubriría los carbohidratos que ingerimos en las comidas.

Por otro lado, el tratamiento con bomba de insulina consiste en inyectar de manera constante una única insulina, insulina de acción rápida (o ultrarápida). Esta forma de administrar insulina es más parecida a cómo trabaja el páncreas, aunque puede ser una opción más compleja al menos al principio hasta que se le coge el truco. Hoy me gustaría hablar un poquito sobre las bombas de insulina y en qué consisten.

* Imagen principal sacada de Revista Médica Clínica Las Condes: Nuevas Tecnologías en Diabetes.

Partes de una bomba de insulina

La bomba de insulina consta de varias partes:

  • Catéter o cánula. Esta es la parte que se lleva pegada al cuerpo constantemente. Es un pequeño parche con un «filamento» que se lleva por dentro y por donde se administrará al cuerpo la insulina. Este «filamento» puede ser de distintos materiales (teflón o acero) y tiene diversos tamaños (6, 7 mm…). Se adhiere al cuerpo con un aplicador y se sujeta con un adhesivo. Hay que cambiarlo cada tres días e ir rotando las zonas donde se coloca.
  • Tubo. El tubo será la parte que una el catéter con la propia bomba y por donde pasará la insulina. El tubo es flexible y transparente para que se pueda ver la insulina y observar que no se formen burbujas. Existen tubos de diversas longitudes (45, 60, 80 cm…). Se cambiará cada tres días junto al catéter.
  • Bomba de insulina. Ésta será la bomba como tal. Es un sistema con un émbolo que se encargará de dosificar la insulina tal y cómo nosotros le digamos. Existen diversas bombas en el mercado con algunas diferencias, pero el funcionamiento general es el mismo. Se podrá programar una insulina basal por tramos horarios para que durante esa hora se administre de manera automática una determinada cantidad de insulina (por ejemplo, 1 Unidad/hora) y luego habrá opciones para añadir bolos de insulina cuando vayamos a comer.
  • Vial de insulina. La insulina va en un vial que se coloca en un departamento de la bomba. Dependiendo de la bomba que se use estos viales se pueden comprar con la insulina ya precargada o se pueden rellenar con las plumas u otros viales de insulina.

El catéter es la única parte que tiene que estar pegada directamente al cuerpo, la bomba como tal puedes guardarla donde te resulte más cómodo, por ejemplo puedes llevarla en un bolsillo tranquilamente o sujetarla a la cintura con algún tipo de riñonera.

Administración y dosis de insulina

Las bombas de insulina solo trabajan con una insulina, una insulina de acción ultrarápida. Esta insulina se administrará de manera constante programando un perfil para cubrir la insulina basal y, además, se pasarán bolos cuando se vaya a comer.

Por supuesto, el endocrino será quien determine que perfil de insulina necesita cada paciente (sobre todo al principio, luego habrá que ir haciendo ajustes como con las plumas de insulina), pero una primera aproximación para pasar del tratamiento con insulina en pluma a bomba sería:

  • Sumar la insulina total (lenta y rápida) que necesitamos. Si se sigue una dieta por raciones en la que cada día se cómo distinto, se puede hacer la media de varios días.
  • Quitar un 25% a esa cantidad de insulina total que nos salga.
  • Dividir entre dos. Una mitad será la insulina que se administrará cómo insulina basal y, la otra mitad, irá en forma de bolos.

Por ejemplo, en los últimos 3 días las necesidades total de insulina usando plumas han sido: 25, 30 y 26 unidades.

  • Se suman las tres y se divide para tres: (25+30+26)/3 = 27 unidades.
  • A esas 27 unidades se le quita el 25%: 27*0.75 = 20.25 unidades.
  • De esas 20.25 unidades la mitad, 10.125 unidades se administrarían como insulina basal y las otras 10.125 unidades se pasarían durante los bolos.

Y esto se aplica el revés también. Si alguien está siguiendo un tratamiento con bomba de insulina y por lo que sea tiene que dejarla unos días, para saber cuánta insulina se tendría que poner de lenta y cuánta iría de rápida en los bolos, tendría que coger la insulina total que se administre (o hacer la media de varios días), sumarle el 25% y dividir entre dos.

Por supuesto, esto es una aproximación, luego hay que ir haciendo ajustes y siempre siguiendo las indicaciones de los especialistas en diabetes.

Administración de la insulina basal

Para administrar la insulina basal hay que crear un perfil por tramos horarios. Siguiendo del ejemplo anterior, si nos saliera que tenemos que ponernos en forma de insulina basal 10.125 unidades de insulina, podemos dividir esas unidades en 24 (24 horas) y nos saldría que necesitamos 0.42 unidades cada hora. En el programa de la bomba (variará un poco dependiendo de la bomba en concreto que se use) habrá que ir indicando por tramos horarios la insulina que se quiere pasar. De 00.00 a 01.00 pasar 0.42 unidades, de 01.00 a 02.00 pasar 0.42 unidades… y así con todas las horas. Dependiendo de la bomba, pero se pueden meter valores de hasta 0.01 en 0.01 unidades.

Lo bueno que tiene esto, es que si somos más sensibles o más resistentes a la insulina en un tramo concreto del día podemos ajustarlo mucho mejor de esta manera que con el tratamiento de plumas. Si por ejemplo, por la tarde fuéramos muy sensibles a la insulina en vez de 0.42 unidades/hora, se puede indicar que pase 0.38 unidades/hora.

También hay una opción para cambiar la basal puntualmente. A parte del perfil que se quedará guardado y se puede modificar cuando sea necesario, se puede indicar en un momento determinado que de la insulina basal que está programada en esa hora se pase más o menos insulina. En este caso, se indicará en porcentaje. Por ejemplo, si vamos a hacer ejercicio un par de horas podemos indicarle a la bomba que durante dos horas pase solo un 40% de la insulina basal que normalmente pasaría en ese tramo. Puesto que hacer ejercicio sensibiliza la insulina, puede que solo con el 40% sea suficiente y así se evita tener hipoglucemias.

O al revés, si por ejemplo, tenemos un examen importante o alguna otra situación que nos ponga nerviosos aumentando nuestra resistencia a la insulina y haciendo que los valores de glucosa sean superiores a los habituales, podemos indicarle a la bomba que durante 3 horas (o el tiempo que consideremos) nos pase el 120% de la insulina basal que correspondería en ese tramo.

Todo esto permite un ajuste mucho mejor que con el tratamiento con plumas y puede ayudar a evitar hipoglucemias e hiperglucemias.

Administración de la insulina como bolo

Para administrar la insulina como bolo, la bomba también dispone de alguna ventaja respecto a las plumas.

Cuando vayamos a comer, tendremos que contar los carbohidratos y las grasas que vayamos a comer y calcular cuánta insulina necesitamos para esa comida. Esta parte sería igual que con el tratamiento con plumas, pero con la bomba tenemos varias opciones para pasar este bolo:

  • Bolo normal. Esta opción sería similar a cargar la pluma y pasar la insulina. Si con la pluma marcamos 2 unidades, sería lo mismo, pero indicando en la bomba las 2 unidades. La insulina se pasaría inmediatamente.
  • Bolo cuadrado. En este caso, se programa cuánta insulina quieres que se pase y en cuánto tiempo. Por ejemplo, le puedes decir que te pase 2 unidades de insulina en 3 horas. Esta opción puede venir muy bien para comidas grasientas.
  • Bolo dual. En esta opción eliges la insulina total que quieres que se administre y divides esa dosis en dos partes. Una parte que se administrará inmediatamente y otra parte que se administrará a lo largo de un tiempo. Por ejemplo, le indicas que quieres que pase 4 unidades, de las cuales 2.5 unidades quieres que las pase inmediatamente y las 1.5 unidades restantes que las pase a lo largo de 3 horas, es decir, es una mezcla de los bolos anteriores.

Todo esto también permite un mejor ajuste sobre todo para comidas grasientas.

Ventajas

Las ventajas que yo le veo al uso de bombas de insulina frente a las plumas serían:

  • Mejor ajuste de la insulina basal. Esto me parece fundamental sobre todo para casos como el mío que tengo mucha diferencia de sensibilidad a la insulina entre la mañana y la noche. Además, poder reducir la basal para hacer ejercicio me parece un puntazo para evitar tener hipoglucemias o tener que comer a todas horas mientras se está haciendo ejercicio.
  • Mejor ajuste de bolos. La administración del bolo normal sería igual que con tratamiento con plumas, pero la bomba da mucho más juego para un mejor ajuste en comidas grasientas usando los bolos cuadrados o duales.
  • Menos pinchazos. Con las plumas de insulina no te libras de los 4 pinchazos diarios como mínimo (uno de lenta y tres para las comidas principales) y si tienes que corregir o haces alguna comida más (almuerzo o merienda), pues te llevas unos cuantos pinchazos extra.
  • Mayor discreción para la administración de bolos. Con la bomba es mucho más sencillo ponerse insulina, solo tienes que sacar la bomba e indicar la cantidad. Esto es mucho más disimulado que pincharte con las plumas.  Por ejemplo, en ámbitos de trabajo esto me parece comodísimo. Si estás en una comida de trabajo o en una reunión y tienes que hacer algún ajuste sacas un segundo la bomba (del bolsillo por ejemplo) y te pones la dosis.
  • Más control en las dosis de insulina. Con las plumas de insulina, la dosis más pequeña que te puedes administrar es 0.5 unidades. Con la bomba puedes pasar insulina como bolo de 0.1 unidad en 0.1 unidad (creo que es lo más bajo, aunque existen unas cuantas bombas y no se si alguna puede pasar menos todavía). Este ajuste más preciso puede ser muy importante para personas con mucha sensibilidad, puede dar mucho más juego tanto para las comidas como para hacer correcciones si fuera necesario.
  • Registro de la insulina administrada. En la bomba de insulina queda registrado todo lo que se hace, por lo que si en algún momento dudas de cuánta insulina te has puesto o a qué hora te has hecho una corrección puedes mirarlo sin problema en el registro.
  • Llevar la insulina siempre contigo. No hay riesgo de que se te olvide la insulina en casa, ya llevas la bomba encima. ¿Se te podría olvidar la bomba en casa? Bueno, podría ser, pero digamos que esto es mucho más raro, ya que la tienes que llevar encima.
  • Se elimina el riesgo de ponerse la insulina equivocada. Algo que puede ocurrir con el tratamiento con plumas de insulina es coger la pluma equivocada. Esas 12 unidades de lenta que te tienes que poner, resulta que te las pones con la pluma equivocada y acabas cogiendo la insulina rápida… lo que da un buen susto! Esto con la bomba no pasa, ya que solo estás usando un tipo de insulina.

Desventajas

Aunque las ventajas y las desventajas de algo siempre son un poco subjetivas, voy a intentar comentar algunas desventajas generales que le veo a este tratamiento:

  • Llevarla 24 horas. Aunque ahora hay bombas bastante pequeñas, sigue siendo un aparato que tienes que llevar siempre encima, por el día y por la noche. Puedes hacer pequeñas desconexiones (por ejemplo, para ducharte), pero en general vas a tener que convivir con ella. Hay gente que se acostumbra muy rápido a llevarla, pero hay gente que nunca llega a acostumbrarse.
  • Posibles obstrucciones. Cuando usamos plumas de insulina, hay que asegurarse que no hay burbujas en la pluma y que se purga bien la aguja antes de pincharse, pero si esto se hace así, es muy raro que no pase bien la insulina al cuerpo cuando nos pinchamos. Sin embargo, con la bomba, puede haber algún problema más (no tiene por qué, pero puede pasar). A veces, los catéteres se pueden obturar e impedir que pase bien la insulina, o puede haber alguna burbuja (que se haya formado en el vial al rellenarlo…) que no veamos bien y haga que no se administre bien la dosis de insulina.
  • Más riesgo de cetoacidosis. Cuando usamos plumas de insulina, siempre vamos a tener una reserva de insulina ya que nos administramos una insulina lenta que nos dura en el cuerpo unas 24 horas (dependerá de la insulina en concreto). Con la bomba de insulina no tenemos esa reserva, por lo que si se produce alguna obstrucción de insulina puede empezarnos a aumentar la glucosa en unas pocas horas, y si el cuerpo empieza a recurrir a las grasas como fuente de energía aumenta el riesgo de cetoacidosis. Este riesgo se minimiza con el uso de medidores continuos de glucosa. Si tenemos algún sistema que nos monitoriza la glucosa, y vemos que sin demasiado sentido la glucosa empieza a subir, podemos sospechar de alguna obstrucción o burbuja y solucionar el problema antes de que la situación empeore.
  • Problemas electrónicos. Estamos usando un aparato electrónico que, aunque está muy estudiado, siempre puede tener algún fallo y dejarnos tirados. No es algo que tenga que ocurrir, pero deberíamos tener un plan B en caso de fallo (llevar plumas de insulina).
  • Cuidado en verano. Las insulinas que existen hoy en día, pueden aguantar bastante tiempo por debajo de 25 grados, sin embargo, a más temperatura pueden estropearse. Yo, para los veranos calurosos de Zaragoza y sus 40 grados algunos días, me compré unas carteras en frío para guardar los bolis de insulina, pero claro, eso con la bomba no puedes hacerlo. Aunque son viales más pequeños y se cambian con más frecuencia, en verano hay que tener más cuidado de que no se estropee la insulina y te de algún susto. Hay personas que viven en sitios calurosos y nunca les ha pasado nada con la insulina, y también se de otras personas que en sitios no tan calurosos tienen que cambiar en verano cada día el vial porque no les aguanta más la insulina. Así que para aquellos que viven en sitios calurosos tienen que prestar atención a este punto en verano, y ante cualquier sospecha de que la insulina está mal, cambiarla.

¿Cómo acceder a una bomba de insulina?

Esto dependerá de donde vivas. En España, las bombas de insulina se ponen por la Seguridad Social sin coste adicional, no se puede comprar de manera libre. Hay alguna clínica privada que también puede ponerte alguna, pero en este caso tendrás que abonar lo que cuesta. Si quieres llevar una bomba, deberás hablar con tu endocrino y él te explicará si cumples los requisitos para poder acceder a una.

Otros aspectos

  • Pueden realizarse pequeñas desconexiones. Aunque la bomba hay que llevarla siempre, sí se pueden hacer pequeñas desconexiones. Por ejemplo, te la puedes quitar sin problemas para ducharte. O incluso si prefieres hacer ejercicio sin ella también te la puedes quitar para eso. Si vas a estar mucho rato sin la bomba, se podrían pasar bolos. Por ejemplo, si te la quieres quitar dos horas para hacer ejercicio y durante esas dos horas te pondrías 0.38 unidades por hora, justo antes de quitártela te puedes pasar 0.38 unidades, y cuando pase una hora te la conectas un segundo, te pasas esas 0.38 unidades y te la vuelves a quitar. O siendo que estás haciendo ejercicio y eso sensibiliza insulina, igual no es necesario ese segundo pinchazo. De todas formas, cada uno tiene que ver cómo funciona y qué le va mejor.
  • Conexión con medidores continuos de glucosa. Hay algunas bombas que se pueden conectar a algún medidor continuo de glucosa e incluso tienen paradas predictivas de la bomba. Si con los datos que el medidor le va pasando a la bomba, se observa que la tendencia es a estar en hipoglucemia en una rato, la bomba para la administración de insulina, hay algunos otros que reanudan la bomba cuando los niveles de glucosa vuelven a subir…
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