Luna de miel o fase de remisión. Qué es y mi experiencia

Hoy os voy a hablar un poco sobre la luna de miel en la diabetes tipo 1. A mi la verdad es que no me gusta nada este nombre. La luna de miel (viaje de novios) lo asocio a un periodo alegre, y desde luego la luna de miel tras el debut diabético es de todo menos alegre, porque aunque pueda ser un periodo más «relajado» en cuanto a tus cifras altas de glucemia, estás con todo el shock del diagnóstico, y un tiempo feliz desde luego no es. Así que yo prefiero llamarlo de la otra manera, fase de remisión.

¿Qué es la fase de remisión?

La fase de remisión es un periodo que puede ocurrir un tiempo después del debut diabético. Cuando somos diagnosticados por primera vez, antes de recibir el tratamiento, nuestro cuerpo está estresado, ha disminuido casi por completo nuestra producción de insulina y nuestro cuerpo se ha vuelto muy resistente a ésta. Cuando empezamos el tratamiento con insulina, las cantidades de insulina que necesitamos son altas por esta resistencia que hemos generado. Poco a poco, nuestro cuerpo se va relajando, va volviendo a la situación de antes y empieza a aumentar la sensibilidad, por lo que las necesidades de insulina disminuyen.

Puede ser que en el momento del diagnóstico todavía no hayan sido destruidas todas las células beta que producen insulina. Estas supervivientes se habrán quedado «escondidas» sin producir insulina. Cuando nuestro cuerpo vuelve a tener insulina exógena (cuando nos la administramos), estas células pueden volver a producir insulina un tiempo (esto no durará siempre, lamentablemente acabarán siendo destruidas como el resto mientras no se descubra cómo evitarlo). Si esto ocurre, las necesidades de insulina externa que necesitamos disminuyen todavía más, y entramos en lo que se conoce como fase de remisión.

¿Cuánto dura este periodo?

Pues aquí como siempre, cada uno es un mundo. Normalmente, se suele entrar en esta fase en las 3 o 4 semanas después del diagnóstico y tratamiento y puede durar hasta un año (hay algún caso de más tiempo). También es un periodo que puede no llegar a ocurrir nunca. Si el diagnóstico suele ser temprano, es más probable que se entre en esta fase.

¿Qué características tiene este periodo?

Como es un periodo en el que nuestro páncreas aun guarda algo de producción de insulina, suele ser un periodo en el que se está más controlado. Es raro llegar a cifras de glucemia altas, por lo que se está más protegido frente a la cetoacidosis. No obstante, hay que tener cuidado con las hipoglucemias, a mi me han dado algún susto en esta fase. Normalmente, dicen que es un tiempo de adaptación, un tiempo para que te vayas acostumbrando a todo lo que vas a tener que hacer, teniendo una especie de seguro que va a evitar que estés alto. A mi, la verdad, es que hubo momentos que me volvió un poco loca, pero es cierto que no llegué a tener en esta fase más de 220 mg/dL, e incluso esto era raro.

¿Cuánta insulina se necesita en esta fase?

Pues de nuevo, depende. He oído casos que solo con un poco de insulina lenta se han controlado mientras han estado en fase de remisión, o incluso personas que no han necesitado nada de insulina controlando un poco lo que comían. Para mi fue al revés, yo necesitaba muy poca insulina lenta sí, pero sin embargo, la insulina rápida que necesitaba era la misma que necesito ahora.

¿Cómo fue mi fase de remisión?

Tras mi diagnóstico, mi endocrino me puso una pauta de 14 unidades de toujeo (insulina lenta) y más o menos 1 unidad de insulina rápida por 15 gramos de carbohidratos cuando fuera a comer. Me dijo que me midiera al despertarme (en ayunas) y me dio unas pautas para bajarme la insulina lenta si me despertaba baja.

Estuve dos o tres días en que las 14 unidades me fueron bien, pero después empecé a despertarme en torno a 70 mg/dL, así que empecé a bajar insulina tal y como me habían pautado. De 14 unidades llegué a bajar a 3 unidades. Fui bajando cada dos días hasta llegar a 3 unidades. Sin embargo, la insulina rápida a penas la toqué. Sí que tenía que tener cuidado si iba a hacer ejercicio, pero si estaba en reposo era lo que necesitaba.

Con estas 3 unidades de lenta estuve bastante tiempo, unos tres o cuatro meses y no tuve ningún problema. Después vino un tiempo un poco loco. Con estas tres unidades me empecé a despertar con valores bajos de nuevo, hubo días que me llegué a poner solo 1 unidad y a lo largo del día podía llegar a estar muy baja también. Luego había días que esa unidad de lenta no era suficiente y estaba todo el día alta (no por encima de 200 mg/dL, pero por ahí).

Hubo un día que todavía me acuerdo.

Había estado baja todo el día y estaba hasta las narices. Esa tarde decidí no ponerme nada de lenta y por la noche íbamos a comer pizza, pizza con sus carbohidratos y sus grasas que siempre atacan horas después de haber comido la pizza. Y dije, mira, primero voy a comer, y me iré poniendo insulina conforme vaya subiendo. Tres horas después de comer la pizza no había llegado a valores superiores a 140 mg/dL (y estaba en casa, que no estaba andando por la calle). Así que me fui a dormir sin pincharme insulina (porque al día siguiente era lunes y había que trabajar), y con mis niveles de azúcar que pasara lo que tuviera que pasar. Cuando me desperté, vi mi gráfica de glucemia. Era perfecta, no había subido mucho más de los 140 mg/dL en toda la noche. ¡Era increíble! ¡¡Me había comido una pizza sin insulina!!

Fue una sensación agridulce. Estaba supercontenta porque había tenido una gráfica increíble comiendo algo bastante calórico, y eso precisamente me hacía estar triste. Qué fácil era comer antes y que complicado se había vuelto ahora. Ese día en el trabajo le fui diciendo a todo el mundo que sabía de mi diabetes que me había curado y les enseñaba como prueba mi gráfica perfecta. Obviamente, sabía que no era cierto, pero aun así bromeaba diciendo que me había curado y que iban a estudiar mis células para encontrar la cura. Supongo que en el fondo esperaba tener algo de razón, aunque ya supiera que en esta fase se puede estar un tiempo sin insulina. Recordar durante un momento cómo era tu vida antes y que ya no volverá a ser así, pues no es sencillo.

Por eso esta fase a mi no me gusta nada, puede dar falsas ilusiones por mucho que sepas que no va a ocurrir, y además aunque sea un periodo en el que no estés alto, las bajadas pueden ser peligrosas, así que yo me alegré cuando terminó.

A los 7 meses más o menos, empecé a despertarme con valores altos. Así que empecé a subir insulina lenta. Cada día iba subiendo una unidad, con algunas dosis estuve un par de días y luego volvía a subir hasta llegar a las 12 unidades que me pongo ahora (más o menos, que ya sabemos que hay situaciones en las que las necesidades pueden cambiar).

Mis necesidades de insulina ultrarápida para comer no hay cambiado mucho, pero si que he visto que ha cambiado mucho mi factor de sensibilidad. Antes era constante todo el día, ahora tengo mucha diferencia entre por la mañana y por la noche. Además, yo voy al revés que lo normal, por la mañana necesito menos insulina (una unidad me cubre dos raciones y media) y por la noche soy más resistente (una unidad me cubre una ración de carbohidratos).

4 comentarios en “Luna de miel o fase de remisión. Qué es y mi experiencia

  1. GAMELLA GOMEZ, CARMEN octubre 22, 2020 — 5:12 pm

    Hola, no sé si leerás esto. Me acaban de decir que tengo diabetes, no sé nada de esto, solo se el miedo que tengo, mañana tengo cita con el médico y no sé con que me voy a econtrar, parece mentira, tengo fobia a las agujas sabes? mi ansiedad ( que llevo con ella muchos años ) está por las nuebes y yo no paro de pensar que ha pasado para que me cambie así la vida. Tengo 28 años y no sé como afrontar esto.

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    1. Holaa, es normal estar asustada al principio, y no te voy a engañar, es una enfermedad que requiere de mucho trabajo para entenderla bien, pero con tiempo y ganas podrás seguir haciendo todo lo que haces hasta ahora, date tiempo y no te pongas metas imposible. Yo debuté con 27 años, ahora tengo 30 y no he cambiado nada de mi día a día, eso sí, he introducido rutinas para controlar la diabetes. Con el tema de las agujas verás que existen medidores continuos de glucosa y bombas de insulina que reducen muchísimo la cantidad de pinchazos.
      Espero que el blog te pueda servir para conocer cosas nuevas y cualquier duda (o simplemente desahogarte) me puedes escribir ya sea por aquí, un correo o lo que más miro es Intagram.
      Mucho ánimo!!

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